A principios del s XIX un puñado de locos románticos encabezados por Ralph Bagnold y el conde Lászlo Almásy recorrieron los desiertos de Egipto, Sudan y Libia en busca del oasis perdido de Zerzura, un oasis mítico que según la leyenda se encontraba en algún wadi del desierto de Gilf el Kebir.
Nosotros proponemos seguir las rutas de aquellos exploradores del desierto, saliendo desde El Cairo, en dirección sur hacia el oasis de Bahariya, la puerta de entrada al desierto negro y el desierto blanco, un lugar mágico donde dormiremos entre extrañas formaciones de roca caliza que proporcionan un aspecto sobrenatural. Continuaremos por los oasis de Farafra y Dakhla, uno de los más atractivos de Egipto y pasearemos por la antigua localidad de Mut, que data de tiempos faraónicos.
Desde allí tomaremos la famosa ruta de los 40 días que unía Dakhla con el Sudán a través del gran mar de arena de Gilf el Kebir, La Gran Barrera, uno de los lugares mas hermosos del planeta, donde nos alejaremos del mundo durante unos días entre yardangs, wadis, montañas horadadas, valles minerales e inmensas dunas. Visitaremos algunas de las numerosas pinturas rupestres, como la famosa cueva de los nadadores, vestigio de un pasado mucho más fértil.
Tras alcanzar el Gran Mar de Arena, regresaremos a casa.
Quizá algún día, el viento del desierto líbio, soplando en tempestad sobre los cordones de dunas y levantando en el aire nubes de arena fina, restituirá a los hombres el oasis perdido, revelando su emplazamiento y sus secretos, pero mientras tanto, nosotros seguiremos buscándolo.