Os proponemos recorrer con nosotros la costa occidental de África; un viaje a través de los sentidos, siguiendo una ruta que abrieron un puñado de soñadores como Saint Exupery o Jean Mermoz, pilotos de la línea Aeropostale, que arriesgaron tantas veces sus vidas enfrentándose a la noche, al mar o a un Sahara insumiso, con tal de llevar a toda costa el correo entre Dakar y París. Aquella ruta estaba diseñada para completarla en menos de un día, mediante relevos en escalas intermedias en aeródromos solitarios: Casablanca, Agadir, Cabo Juby, Dakhla, Port Etienne, Saint Louis y, finalmente, Dakar.
Disfrutaremos desde el ambiente nocturno de Dakar o el encanto colonial de Saint Louis a la aventura del paso del Almojgar o el silencio de las dunas en el Banc D’Arguin.
La llegada de los pescadores a las playas de Mbour o Nouackchott, los bosques de Baobabs, la historia de la ciudad santa de Chinguetti, el mercado de camellos de Guelmin, el colorido mercado de Nouadhibou o detener el tiempo a la hora del té en los oasis del Ametllich, son solo una parte de las sensaciones que podremos tener en estos 10 días.
No habrá un día igual que el anterior. Desiertos, bosques, playas, oasis, desfiladeros en los que iremos conociendo grupos étnicos con una cultura y gastronomía tan diferente como la de los wolof, tuculor, bereberes o saharauis. Pero de todo este viaje tan variado de paisajes, etnias, culturas, historia y gastronomía, siempre nos quedaremos con tres cosas: el impresionante cementerio de barcos de la playa de Nouadhibou, la entrada a la ría de Dakhla y una noche a la belle etoile entre las dunas de Chinguetti.
Solo con estas tres cosas ya habrá merecido la pena la aventura…